Concederé eso. Pero si eso es cierto, también lo es el que han tenido toda una vida para pulirse, a diferencia del joven Duke.
[Frunce levemente el ceño.] Posee el parecido, pero eso no tiene porqué entregarle el porte; eso, querido hermano, es propio de su señoría. Sus gestos y manerismos son distintos, también-- no hay más similitudes fuera del rostro entre ellos, realmente.