[Oh.] ...Me temo que incluso si tuviera esas maravillosas botas puestas no podría llegar hasta la Maison des Lunes, Miss. Quienes han sido invitados a la Residencia del Sol sólo pueden disfrutar de los dorados salones del día. La noche les está prohibida. [Y mientras dice eso se apoya contra la baranda del balcón, mirando hacia la noche con añoranza.]