[Deja que el silencio se extienda un momento, y luego se frota la frente con cansancio. Exhala.] Ni siquiera intentaría culparte por sentirte del modo en que te sientes sobre mí, porque tienes todos los motivos para hacerlo. De hecho, al principio estaba incluso hasta sorprendido de que aún quisieras dirigirme la palabra.
Pero creo que puedo entender por qué lo haces. O lo intentas.