Dentro del espejo, dice, pero desde aquí me parece...
[Mueve su cabeza, como queriendo despejarla de lo que sea ronda por ella; y ríe también, un poco, con lo siguiente.]
No negaré que he pensado lo mismo en más de una ocasión. Y aquí estoy, la doncella atrapada por el conjuro de un hechicero de momento inexistente, obligada a esperar por su-- por un campeón. Lo consideraría poético, si la espera no se me antojara tan demoledoramente aburrida.