En cuánto a lo segundo... En mi experiencia, un hombre que no duda de sí mismo demuestra que no es digno de ser rey, mientras que un hombre que se cuestiona su dignidad está listo para serlo.
[Te mira y sonríe ligeramente.] Y esta conversación es muestra suficiente de un hombre que duda de su dignidad, de su humildad y de su honor. Amigo mío, si tuviera que apostar mi corona por alguien, me temo que no puedo sino estar de acuerdo con los ancianos de tu mundo.