¡Ugh--! [Con el garfio aún enterrado en tu cuello no tiene tiempo de alejarse, así que el golpe le da de lleno en el pecho y lo envía volando unos ocho metros.
Y sí, eso que sonó cuando impactó contra el tronco de otro árbol fueron sus costillas, y ahora cuando se queda inmóvil, se queda inmóvil en serio.]