[No dice nada, con la vista fija en el recuerdo, y más allá de una arruga entre las cejas, su expresión es de piedra.
Y como sabe que sigue, su madre, una mujer esbelta, aparece a lo alto de las escaleras con expresión confundida, y baja a recibir a los hombres. Pero cuando ella pregunta por su esposo, uno de los hombres se quita el sombrero que lleva, y otro vacila antes de dar un paso adelante para... darle las malas noticias.]