[El otro orgánico ha dejado de susurrar y se ha arrodillado en la nieve. Ahora habla a la entrada en lo que sin duda son líneas aprendidas de un ritual.]
"Oh gran espíritu rojo, Shou-Lao el Imperecedero, poderoso guardián y protector de la citadela dorada, este insignificante hijo de K'un-Lun, Daniel Thomas Rand, solicita con humildad el honor de enfrentarme en combate a vos y reclamar vuestro don del Puño de Hierro. Acepto vuestro juicio sobre mi mortal persona."