[Resopla] Ese es otro que menos va a hablar, pero con él no tengo que disculparme con nadie si le aviento balonazos a la cabeza.
[Te sonríe un poco] Y sigue aplicando lo que yo te dije. Pero, mientras no quieras, no es mi asunto. Que ser hija de Afrodita haga que me de cuenta de las cosas no implica que las haga asunto mío, sabes.