[Su rostro cambia de sorpresa > incredulidad > una pizca de tristeza > ENOJO en cuestión de microsegundos. Te apunta con la espada.] No voy a meterme en eso porque no es mi asunto pero te prometo una cosa Sam. [La mano la tiembla un poco pero de alguna manera consigue mantener la espada fija.] Lastimala de nuevo y estarás arrepentido por el resto de tu no-vida.