No diría que me enfoco solamente en eso. SI tuviera que ponerlo de alguna manera, sería esta: ya tengo un lado de la historia. Si se presenta la oportunidad, busco conocer el anverso.
Oh, sé eso: no es la historia más extraña que conozco, ni siquiera de las que he presenciado. Esa seguiría siendo en la que un hombre se encuentra con un ente capaz de matarlo con sólo pensarlo y su primera reacción no es de terror, sino de brindarle un nombre y permitirle jugar con sus mascotas.