[Y quizás no lo notes enseguida, los ojos cerrados como los tienes, pero cuando comienzan a moverse el entorno también comienza a cambiar. Los arbustos crecen o desaparecen, surgen de la tierra columnas con enredaderas de rosas, y el sonido de agua corriendo viene de alguna parte no muy lejana.
De pronto están otra vez en el jardín de esa primera noche, en la que los dos pudieron ser ellos mismos. En la que él terminó de enamorarse de tí.]