[Unos brazos surgen desde detrás de tí, y abrazan tu cintura. Una boca habla en tu oído.]
Renueva, amor, tus bríos, no se diga Que eres más endeble que el deseo, Cuya fiebre voraz, hoy aplacada, Mañana se agudiza nuevamente. Si hoy tus ojos hambrientos se han hartado, Amor, aunque ahítos parpadeen, Mañana también mira, no destruyas Por torpeza el espíritu amoroso. La ausencia sea océano que aparta A fogosos amantes que a la orilla Se acercan diariamente para verse Y las ansias recíprocas inflaman.
Sea invierno tan lleno de cuidados Que triple bienvenida dé al estío.