Si bien estoy muy de acuerdo con esta afirmación, el conflicto esta vez no tiene base en la sed de poder. El orgullo. La lujuria, también. Resulta que las diosas ofrecieron al príncipe Paris dones como soborno, ¿no? El mortal favoreció a la diosa del amor, que le prometió cualquier mujer que deseara. Y él pidió la más hermosa del mundo, Helena, la cual... ya estaba casada con el rey de Esparta. Se fugaron a Troya los dos, el marido reunió a todos sus aliados, y así ocurrió un largo y tedioso asedio que destruyó un reino entero. Por amor, o algo semejante. Si quisiera poder o victoria, le hubiese dado la manzana a otra de las dos diosas interesadas.