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En realidad deberías saber que me fue fatal con mi primer perro. Aunque claro, era un cachorro respirafuego y grosero, híbrido del perverso lobo de Hel y de la sabueso guardiana de Hela, Garm. Y no quiso cambiar y ser un buen perrito como sus hermanos y su madre, por más que traté de entrenarlo y de darle cariño. Mi Thor dijo que no se me podía confiar ni siquiera un perro.