[Siente la ola de energía, claro que sí, si también atravesó todo su cuerpo. Y concentrarse para contenerla le está resultando difícil. La flor que tiene en su mano ya no es un clavel, sino una rosa azul, sin que se dé cuenta.] Entonces, mi amor, tendrás que confiar en mí sobre esto. Podría responderte, pero prefiero no hacerlo. No aún. ¿Crees que seas capaz de permitirme eso?