Puedes llamarme Daniel o Danny cuando no tengo la máscara.
Pues sin ir más lejos, los ancianos que gobiernan el monasterio y temporalmente la ciudad. No me gusta hablar nada malo de ellos porque han sido mis mentores y han hecho mucho por mí, pero... [nods] tienen ese defecto. Es un punto de vista tradicional y arraigado allá en general, que lo de afuera es mayormente impuro y violento y codicioso.