[No te mira a tí cuando habla, sino que parece concentrado en pasar la punta del índice por el borde de su copa de agua purificada con delicadeza.] Alguna vez te aseguré guardar en secreto aquello que decidieras contarme por la obligación moral a la que me sometía el contrato de confidencialidad entre paciente y terapeuta.
[Pausa.]
Hoy quizás pueda hacerlo sin necesidad de ese contrato.