Hace mucho tiempo existía un mundo, un mundo horrendamente racista. Existían los humanos y los elfos, que si bien solo tenían relaciones diplomáticas entre ellos, jamás tuvieron permitido el llevar la relación a otro nivel. Tener hijos entre ellos era impensable.
Pero ocurría, y cuando ocurría eran expulsados, repudiados y violentados. Los medio-elfo no tenían lugar a dónde ir. Uno de ellos se llamaba Mithos, y junto a su hermana Martel, decidieron cambiar al mundo. A un mundo en dónde la discriminación no existiera.