[Los mira con aire pensativo, masticando un pastelito, y sus ojos se iluminan con una idea de pronto.] ¡Ya lo tengo! Claramente vosotros acordáis la importancia que tienen el uno para el otro. Mi tarea debe ser entonces ayudaros a darse cuenta que quizás hay algo más ahí. [Mueve su arco improvisado.] ¡Aún soy Cupido!