[El hecho de que estés así con él, durmiendo en sus brazos, no puede más que hacerle recordar que de verdad confías en él, como para bajar así la guardia y con lo que casi sucede... No, detiene ahí sus pensamientos. Lo que menos necesita es comenzar a tener ideas raras.
Camina de forma tranquila, intentando no despertarte y cuando finalmente llega al departamento, te acomoda en tu cama, desabrochándote el saco para que no estés incómodo. Y sin querer alargar la situación se va a su propia habitación.]