[Parpadea, sorprendido ante la súbita hostilidad.] Mi nombre es Orión, extraño mozuelo, y os aseguro que no hay razón para recurrir a la violencia. No sé de qué es lo que me inculpáis, pero de ser necesario estaré más que encantado de enfrentaros en un duelo, si eso basta para satisfacer sus ansias de compensación. [Se palpa los bolsillos.] Aunque me temo que tendríamos que conseguirme un arma, primero. Estoy seguro que un estoque o un buen florete como los de antaño será más que suficiente.