[Ríe.] No es necesario. Y ese es el mismo motivo por el que no te lo conté antes, me parece. Mi título sólo tiene importancia en el mundo en el que es mi deber y responsabilidad cumplir las funciones que conlleva. Para el resto de los mundos, muy bien puedo ser sólo Edmund Pevensie. [...y no se había acordado de su apellido hasta que lo dijo.]