Me alegra oír eso, cariño. [Frunce un poco el ceño.] Eso me recuerda que aún me debe el precio de la tela que usé aquella vez que me encargó hacerle su capa para "Lord". [Sigue aplicando tintura.] Acepté bajo hipnosis, es cierto, pero eso no quita que luego no se hiciera responsable de su encargo y terminara siendo un enorme desperdicio de material.