Es una historia un poco personal y osada de contar para un recién conocido, y te podría dar malas ideas si eres un Loki de ciertas inclinaciones. Quizás un día, cuando seamos reales amigos.
Pero podemos hablar de otras cosas y ver si tenemos más en común que el nombre y los ojos verdes. Quizás con una buena rebanada de pie y un vaso de malteada.