[En la parte más alejada de la playa, casi cerca de la barrera, hay una persona arrodillada que oculta su rostro al mundo. Sigue sin estar consciente del lugar en el que se encuentra, ni de que las cadenas a sus espaldas se abrieron sin esfuerzo alguno. Ni siquiera ha notado que la fría madera bajo sus pies fue reemplazada por la cálida arena.
No, él sigue atrapado en su cabeza, con el corazón vibrando y sus oídos llenos de todas las voces de aquellos que le importan.]