[Sigh, va a mirar a otro lado mientras habla, gracias.] Hay una leyenda oriental que habla sobre el hilo del destino. Un hilo que ata los meñiques de aquellos que son el uno para el otro y están destinados a estar juntos. Ese hilo no puede romperse y se agranda o achica, dependiendo de qué distancia hay entre las dos personas, para indicar que aunque estén lejos, realmente nunca estarán separados.