Porque sí, apesta estar en un lugar contra tu voluntad y no poder hacer nada y deben ser bien pocos los que estén dispuestos a aguantar las tonterías del lugar pero, ¿sabes? Es mil veces peor estarte quejando todo el tiempo. Hay cosas buenas que, si te dejas de portar como un malcriado, podrías llegar a disfrutarlas.