Pongámoslo de esta forma. Ignora por un momento que la decisión fue de tu padre y señor. Imagina que es otro rey en otro país lejano tomándola, o que lees sobre ello en un libro de historia siglos después. No hay consecuencias por tener esa opinión. ¿Sigues creyendo que lo que llamas mandar carne de cañón es injusto y cruel? ¿Te indignaría? ¿Lo dirías en voz alta?