[Suspira otra vez.] Algún día, mi amigo, todos volveremos a ver a nuestros seres queridos. En un mundo o en otro. [Y si él mismo no es la prueba de ello, entonces alguien tiene que comerse su sombrero.] Yo sólo temo que tus esperanzas de verlos en este mundo puedan verse defraudadas. Pero contra la esperanza, no hay palabra que valga.