[Contempla tu reacción con algo de tristeza, pero sonríe con comprensión.] Así es. Podrán volver a hablar como antes. [Look, y justo a tiempo llega la taza de té que había pedido para tí. Quizás la necesites.] Una de las maravillas de Nadalandia consiste en ser el perfecto escenario para reencuentros.