[El contacto le produce escalofríos en la espalda, bajando por su espina dorsal. No estaba habituado a esa clase de tacto (salvo con una persona, y era por el lazo de compañerismo que compartían), y reprime un gruñido ante la sensación de los dedos acariciando, reforzando de tal manera la promesa de un nuevo futuro.]
[Sin ánimos de ser un aguafiestas y cortar el momento emotivo, lo empuja solo un poco, lo suficiente como para quedar frente a frente una vez más y observar su mirada, que transmite aquella sinceridad que percibió en su discurso. Ahora era su decisión ver si le daba aquella oportunidad o no.]
[¿Y honestamente? Si se la daría, aunque no estuviese del todo seguro por ahora.]