[No esperaba menos de ella: su pulso no tiembla con el arma, su mirada no se baja ante el acercamiento. En resumen, no observa señales de falta de experiencia. Sin embargo, su semblante cambia en algo... ¿Curiosidad? Camina hasta que su cuerpo queda tocando el cañón de la pistola.]
Es la tercera vez que lo digo: estoy perdido, no se dónde estoy.