Pues a ver si lo consigue en el piano, que lo veo complicado. Creo que Herr Ootori le metió un horario de algún tipo.
¡Muchas gracias por el favor que nos hace al olfato! Y... no, no sé ni sacar una moneda de la oreja de alguien. Mi magia está sólo en mi voz. Si regreso a casa debería de pedirle a Fräulein Wright que me enseñe un truquito.