[Maldición, niño. Y sí, le duele verte así. Y todavía más, detesta la idea de que estés metido en esa situación. Sabe que no eres débil, sabe que eres capaz, pero nadie debería enfrentarse a esa clase de decisiones.
...Así que va a suspirar una vez y cambiarse de asiento al que está a tu lado, apoyando su mano sobre tu brazo si es que está encima de la mesa. Sin decir nada.]