[Eso lo tranquiliza montones y lo inquieta a la vez. No es... algo a lo que esté acostumbrado en situaciones así. Se pasa una mano por la frente y el rostro, en gesto agotado.] Pero sí. Lamento haber bebido la sangre. Es sólo que pensé-- [No, no, nada de excusas. Exhala un poco.] Y lamento que hayas tenido que pasar por... Por lo que pasaste. No sabes cuánto.