[Aprieta los puños.] Te amábamos, Lucifer. Siempre fuiste el ángel más hermoso de la creación. Cuando teníamos una duda íbamos hacia ti, ¿cómo puedes esperar que supiéramos cosas que ni tú entendías?
Cuando Padre creo a los humanos, tuvo sus razones. Pero tú no pudiste lidiar con la idea de que Él tuviera más amor que dar. [Se acerca, visiblemente enojado.] Que los amara a ellos, que nos pidiera que nosotros amaramos a los humanos, nunca significó que Él nos dejara de amar a nosotros.