[Sigh, niño, pero si íbamos tan bien. Baja la mano a tu hombro y se agacha frente a tí, para quedar a tu altura. Te habla con suavidad.] De hecho, mi querido niño, sí lo hace. La única razón por la que te regaló tu don, es porque debes ocuparlo.
Verás. Algunos niños se convierten en bomberos. Algunas niñas serán enfermeras cuando grandes, y otros crecerán para ser científicos. Pero tú, Adam, tú... Tú estás destinado a ser quién cambie el mundo para mejor.