No, no, no, muchacho, por favor. ¡Yo no deseo destruir al mundo, eso es lo último que querría! Yo simplemente, únicamente deseo un mundo mejor. Ese es mi único delito. Un mundo libre de la maldad humana, libre de la virulencia de sus enfermedades, libre del daño que le causan a la hermosura del Universo. Para eso, sí, lo admito, habrán de podarse algunas ramas. Pero todo es en pos del bien mayor.