[¿Toda la rabia que tenía? Desaparece cuando escucha tus palabras. Siente como su gracia se remueve sólo con eso, deseando el tiempo cuando podía acudir a sus hermanos mayores cuando... cuando Dios no le respondía.] Yo... no lo sé. No estoy seguro.
[Intenta recomponerse.] Pero sé que no es esto. No es el Apocalipsis, no es ver a nuestros dos grandes hermanos batallar, ni la destrucción de la humanidad. Nuestro Padre ama a los humanos, nos enseño a amarlos. [Y al menos, en eso, no tiene horribles dudas.]