Sólo escucha. Si lo matas a él -con fuego, antes de mañana- mientras está en mi cuerpo, él no va a ser resucitado en el ataúd porque las llamas lo exorcizarán. Es más, estoy casi seguro que cuando vuelva a revivir, sólo me restaurarán a mí si voy ahora mismo al punto de salvar de la iglesia.