Claro, hagamos mi humillación más obvia y publiquémosla abajo de tu banner de cumpleaños.
El bronce olímpico no funciona contra estos effing monstruos, el agua a duras penas y consigue mantenerlos a raya y no encuentro a Lilo lo cuál tiene prioridad a apuntarme y reírse de mi ego golpeado, ¿no crees?