Su nombre es Daimon Hellstrom y es hijo de algún Satán. No sé cuál. Ya te imaginarás el tipo: rebelde, pantalones de cuero, descamisado, con una marca de pentagrama en el pecho, tridente en la mano, anda mucho en bares. El punto es que renunció al trono, pero sí tiene su propia parcelita de infierno a donde mandar aquellos que exorciza.