[Te observa. Por un momento pareciera que va a hablar, pero en su lugar ladea el rostro, pensativa. Se mantiene así por unos cuantos segundos, antes de tocar tu hombro por uno o dos y regresar a su distancia usual.]
Hablas de tu corazón con demasiada franqueza. Y tienes más de él de lo que me interesa imaginar en Ikol o cualquier otro, y menos experticia en guardarlo.