Ven, ven... [Te atrae en un abrazo, una reversión de la forma en que solían dormir juntos tantos años atrás. Esta vez es tu cabeza en su pecho, sus brazos sosteniéndote contra él.] Yo. Damusha, mi amor, yo creo que. Si apareciste aquí ahora sin explicación posible, tal vez no debamos temer a la muerte.
Que estés aquí es mucho más de lo que merezco. Bésame, sujétame, y tomemos juntos esta siesta.
[Hubiera querido ser todos los años necesarios más joven. Hubiera querido tener todo el tiempo del mundo. Una reunión con ambos enteros, una cena para dos, hacer el amor luego de la larga separación. Hablar, de todo el tiempo transcurrido. Quizá... él, él nunca había creído en nada, pero si otros universos eran posibles, quizá podía tener esperanzas de despertar contigo una vez más. En otro tiempo, en otra parte.]