[Sujeta la mano con la que acaricias su rostro y la aprieta con fuerza. Sigue rodeando tu cuerpo con su brazo libre. No va a soltarte, Hal. Te tiene, por fin te tiene, y no volverá a dejarte ir]
[Puede que su voz suene un tanto temblorosa cuando finalmente habla] ¿Por qué no me estás mirando? Ahora sabes que estoy aquí.