[Está tan metido en su propio dolor que cuando lo atraes hacia él se aferra a tí por reflejo, respiración desordenada y entrecortada. No atina aún a darse cuenta que eres real, que tu cuerpo sólido lo está abrazando. Sólo sabe que te necesita como al aire, y que el peso de los años y la soledad hace que cada uno de sus nervios vibre.]