[Claro. Asiente.] Hoy por la tarde me llegó una carta del lugar dónde me decía que tenía que desalojar primera cosa en la mañana; sin embargo no fui el único. Esta otra persona quiso hacer algo cómo una, ah, despedida; usando su poder quería incitar pesadillas en todos los habitantes y al lugar pareció agradarle la idea por que lo amplificó. [Suspira.] Obviamente no podía dejarlo así, y me metí para tratar de incitar a sueños más agradables.