[Pasa sus manos por tu espalda, intentando calmarte. Luego de escucharte usa una mano para alzar tu barbilla con suavidad y mirarte a los ojos.] No me iré, Dean. Voy a estar contigo, siempre. [Y debería asustarle la verdad de sus palabras y lo fácil que es decirlas, pero no es así.]