Anteriormente mencioné que en mi intento por escapar de mi destino manché mis manos con sangre. Me convertí de la misma forma en la manzana prohibida al otorgarle el conocimiento a mis amigos, conocimiento sobre sus orígenes que los guió a su destrucción. Soy el pecado y el pecador.
Asesiné a aquellos que me traicionaron, incluidos aquellos que se hacían llamar mis padres.